El Día que la Tierra Explotó nos trae de vuelta a los personajes Pato Lucas y al Puerco Porky en una aventura hecha para verse en pantalla grande, pues, a pesar de evocar a lo que fueron en la televisión, llegaron para quedarse en la pantalla grande. El Día que la Tierra Explotó: El cine clásico está de vuelta.
Divertida y llena de chistes para todos los gustos. Sin duda, uno de los mayores fuertes a favor de esta película, es el doblaje implacable que nos trajeron actores de voces como Sebastián Llapur, Ernesto Lezama y Nycolle González, quienes, gracias a su trabajo de doblaje, permitieron que bromas y diálogos en general a lo largo de la película, fueran dirigidos para el público mexicano y latinoamericano.
La tropicalización de las bromas a lo largo de la película hace de esta una muchísimo más divertida y dinámica, encontrando burlas que harán reír tanto a padres quienes crecieron viendo los Looney Tunes, así como a las nuevas generaciones, pues se ve enormemente adaptado para ellos la narrativa de la película, pero, sin llegar a ser forzada para obtener vistas de los más jóvenes.
En una cálida visita de Sebastián Llapur a una función de la película, nos compartió:
“Poder ver una película en animación tradicional de 2D, algo súper importante que hoy por hoy no hay que perder de vista, es que es una película animada por personas, doblada por personas […] en los tiempos que corren, donde se ve amenazada nuestra forma de entretenernos en cuanto a esta necesidad de hacerlo todo tan moderno, tener la posibilidad de ver una película tan bonita y con humor sano, es ideal para toda la familia»
El Día que la Tierra Explotó, sin necesidad de modificar su esencia o ser forzada, nos comparte una historia clásica de personajes tan entrañables e inolvidables que, sin necesidad de acudir a las nuevas formas de animación o contenido actual, logran cautivarte y darte una excelente experiencia en la sala de cine.
Para concluir, una cita del talentoso Sebastián Llapur que resume la esencia de la película:
“[…] son Lucas y Porky, para mí me parece es que son demasiado buenos, no hace falta reinventarlos, sino, que las nuevas generaciones los sigan disfrutando.
El Día que la Tierra Explotó ya está en cines.
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