Una joven estadounidense es enviada a Roma para iniciar una vida de servicio a la Iglesia, se topa con una oscuridad que pone en cuestión su propia fe y descubre una conspiración aterradora que espera provocar el nacimiento de la encarnación del mal. Esta cinta es una precuela directa del clásico de 1976, La profecía.

Sin colgarse del legado ni hacer un homenaje ridículo, La primera profecía logra construir su propio camino, creando una atmósfera malsana desde los primeros 20 min. Es de esas cintas que sabes que las cosas no están bien, pero que genuinamente te da intriga por descifrar el misterio y poco a poco te va envolviendo en la historia hasta hacerte parte de ella.
A pesar de tener algunos jumpscares simplones, están bien colocados en los momentos correctos y no abusa de ellos, que a pesar que ya sabes que viene un sobre salto, lo disfrutas. Es un terror que se basa más en sus personajes y desarrollo que, como dije, sobre sustos tontos y simples.
La atmósfera extraña y mal vibra se siente en todo momento, tal vez aquí es donde se siente más la referencia a la cinta original, pues logra darnos momentos verdaderamente escalofriantes y tensos con la pura construcción de la escenas para rematar con alguna imagen grotesca para alimentar todo el argumento que tiene este universo.

Tiene tintes de body horror brillantes que es donde la película llega a su punto máximo horrorizándote con la imagen y el relato.
El misticismo que hay alrededor sobre el número de la bestia es de verdad aterrador, curioso, pero aterrador.
Finalmente, su ritmo puede ser un poco lento y puede que te confunda un poco su edición pero como dije, es un horror que se va cociendo lento y al final lo agradeces.
La primera profecía no solo expande el universo de manera inteligente, sino que da grandes referencias a los fans de la trilogía y sirve como homenaje a esta misma.
La primera profecía ya en cines.
