La nueva película de Jason Reitman nos presenta un híbrido entre Babylon (2022) y Shiva Baby (2020) que cuenta los acontecimientos previos a la primer transmisión en vivo del programa Saturday Night Live creado por Lorne Michaels. Saturday Night: La belleza del caos artístico
Equipada con un cast de primera, Gabriel LaBelle interpretando al protagonista de la película (Lorne Michaels) nos lleva a un recorrido acompañado de estrés, complicaciones y decisiones difíciles que tomar, pues, a pesar de estar en el punto más importante de su carrera antes de hacer su debut en la televisión en vivo, también está a punto de vivir una resolución de cambios que impactarán sobre él por resto de su vida.
Tanto Grabriel como Rachel Sennott tienen una química innegable en cada escena que interactúan. Además, actuaciones de Cooper Hoffmam, Willem Dafoe y Cory Michael Smith nos propiciaron distintas perspectivas de lo que es armar, producir o conducir un programa de televisión en los 70s, y cómo es que todas las partes se encuentran involucradas incluso desde mucho antes de que salga al aire el producto final en el que todos contribuyeron.
“El show no comienza cuando todo está listo, el show comienza a las 11:30 pm” Saturday Night, 2024.
El soundtrack de la película escolta el ambiente pesado que existe alrededor del crew de Saturday Night Live, pues, en cada una de las áreas existen rivalidades, riñas y complicaciones que impiden realizar los ensayos de dicho programa. Entonces, tanto gritos como reclamos, conjuntados con sonidos cotidianos dentro de set y gente hablando por todos lados, provee un espacio donde será imposible no estresarte, y, por lo tanto, acrecentar tu interés en ver qué pasará después y cómo es que se resolverá todo o se pondrá mucho peor de lo que pudieras llegar a creer.
Caos y arte
Como el final de un número musical improvisado que definirá tu vida, te mantiene híper estimulado a través de distintas narrativas secundarias acompañadas de la principal, dejando momentos musicales acompañados de un humor ácido que a su vez retroalimenta el caos total que es la producción previa al show.
Es prácticamente imposible que no te brote una buena carcajada, una migraña imparable y una lágrima de felicidad al ver artistas artisteando en todos lados dentro de set con un objetivo en común: estrenar Saturday Night Live.
Y, a pesar de faltar pocos minutos para que comience el show oficialmente, podemos disfrutar aquellos momentos llenos de estrés y buena compañía gracias a las actuaciones tan reales y tan relatables que nos otorga todo el cast. Desde el chico que es su primer día trabajando, hasta la persona más experimentada en la televisión, todos tienen algo que compartir; y, esto se recibe con el humor de un hombre apunto de morir junto con el entusiasmo de un bebé apunto de nacer.
En conclusión, Saturday Night es una película imperdible que te permite saborear una dulce eternidad en cada momento, cada problema y cada solución que llevo a que Saturday Night Live fuera y sea lo que es hoy en día. Una película que no es para todos, pero sí para aquellos que estén dispuestos a vivir un recorrido lleno de emociones tanto negativas como positivas. En el más optimista de los sentidos, ver Saturday Night es una experiencia única que te dejará marca en vida.
¿Lo tuyo son los dramas complejos y realistas? Acá te dejamos la reseña de Memory, tal vez no te la quieras perder.